domingo, 28 de julio de 2013

La estética del disfraz.


Ahora es cuando más anhelo ser un camaleón, por lo menos sentirme peligroso, amado, respetado. Pero todo aquello es ilusión, la estética del disfraz, el regalo eterno de la ficción, la poderosa postura de la falsedad, ahora es cuando aprendo a caminar en línea recta en la cuerda floja, todos somos poseedores del derecho a marcar, herir y sanar. Ya estoy cansado, no deseo nada de nadie, no deseo malestar alguno, no deseo ningún tercero en vida, ahora más que nunca lo único que me importa es poner en orden mi mente y dejar zigzaguear por los errores de los que no he sido dueño.

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