La sangre se escurría por mi cabeza y era inevitable detenerla, me sentí obtuso e iracundo, detesto las situaciones en las que me veo débil, a veces extraño la comodidad de mi silla y no me atrae la inseguridad que experimento al explorar otros ambientes.
Soy un pésimo joven, no porque halle la negatividad y la bipolaridad de las hormonas, es solo que me siento como un tipo de más de 40 en un cuerpo de joven.
¡Basta!, eso suena tan absurdo, pero me divierte, he vuelto a escuchar las voces en mi cabeza, esas voces que hacía años no tenía presentes, eso muestra el profundo estado de soledad, por lapsos he recordado pequeños detalles de mi niñez y poco a poco siento que esa búsqueda continua de cualquier ser humano (uno mismo), se hace más amable en este estadio del "todo es posible". La foto es un pequeño regalo de mis años pasados, mi adolescencia. No escribo muy seguido, me es tedioso no miento, escribir un libro y paralelamente este blog no me es amable, trataré de forzarme a hacerlo más seguido, es bueno esto debido a la opción de desahogo, especialmente en estos momentos, donde la tribulación está claramente a la vista, esta entrada es la adaptación, es ese valioso término que bajo el dominio humano brinda una absoluta ventaja, todo ser que aprende a adaptarse a cualquier ambiente, sin duda está un paso por delante, difícil para mi en estos momentos, pero me brindo el intento y el esfuerzo, espero ustedes también lo logren, Seguimos en contacto...
